Nuevo número de RET con una temática múltiple en la que se combina la salud mental, y las adicciones, pero no solo desde o para las adicciones. 

Nuestra meta es dar información especializada, actualizada y útil para el terapeuta, sabiendo que muchas de nuestras patologías que describimos están asociadas al adicto pero al no ser exclusivas del toxicómano, el terapeuta no sólo de adicciones puede beneficiarse en su práctica clínica. 

Con ello reafirmamos lo que ya sabemos: que la toxicomanía no es un compartimento estanco dentro de la salud mental, sino que forma parte, cada vez mas de síndromes más amplios y múltiples, que conlleva especialización en las intervenciones, sin olvidar la visión amplia y global del fenómeno de la adicción. 

Solo así se pueden incrementar los resultados, que es lo que todos deseamos.

En la misma línea de evaluación objetivable nos introduce en el artículo sobre "deterioro cognitivo en los trastornos depresivos y la evaluación neuropsicológica de la memoria y trastornos conductuales". 

Una vez más puede ser utilizada para abordar la evaluación del tratamiento farmacológico, por subtipos concretos de trastornos afectivos, ciertas clases de medicaciones psicoactivas se han mostrado más eficaces que otras. 

Dicha evaluación juega, por ejemplo, un papel clave en la diferenciación entre trastornos orgánicos y funcionales.

En el artículo sobre "estrés postraumático y drogadicción" se examina, a partir de unos antecedentes claros de comorbilidad entre TEPT y drogas, su relación causa efecto, los resultados muestran un aumento del riesgo de abuso o dependencia de drogas (promedio del 4,5%) con respecto sobre todo a fármacos prescritos. 

Estos resultados sugieren la teoría de la automedicación de la sintomatología, sin descartar la posible vulnerabilidad común entre estrés postraumático y drogadicción.

Se ha hallado correlación entre personalidad antisocial y trastorno de conducta y depresión tras exposición al estrés, en los que se produce un abuso de drogas subsiguiente. Por el contrario, no se ha hallado que el consumo de droga aumente el riesgo de TEPT. 

Este estudio, aunque no se menciona explícitamente la terapéutica de intervención, nos compromete a tener en nuestro menú de intervención, herramientas que eficazmente "sustituyan" a las drogas, a través de una intervención como EMDR, así como toda la batería cognitivo conductual específica y la farmacología posible.