La patología dual está cada vez más presente en el campo de las adicciones. Las estadísticas nos dicen que entre un 50% y un 80% del uso crónico de sustancias tiene que ver con una patología asociada, como causa o como consecuencia. 

Es por ello que, la intervención integrada de las patologías presentes y el dotar a la farmacología de un papel significativo se convierte en fundamental.

Los viejos modelos, en los que se trasmitía al paciente la idea de que cualquier medicamento o psicofármaco prescrito por el médico o psiquiatra tenía la consideración de droga (y que todavía persiste en algunos programas, tan excepcionalmente que casi los podríamos considerar estrafalarios), impedía, paradójicamente, la recuperación del adicto, ya que no se cubrían las necesidades bioquímicas debidas al malfuncionamiento orgánico asociada a la adicción. 

El otro extremo, la automedicación y el exceso indiscriminado de medicación con riesgo de abusos medicamentosos, provocaba aún un mayor desconcierto. Dicha confusión se está remediando cada vez más y el conocimiento y divulgación sistemática de la farmacología entre los medios terapéuticos profesionales y paraprofesionales de autoayuda, está mejorando los criterios e incrementando así la eficacia.