
Uso de la cafeína en pacientes psiquiátricos crónicos: efectos y mecanismos farmacológicos
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Uso de la cafeína en pacientes psiquiátricos crónicos: efectos y mecanismos farmacológicos
Resumen:
Se describen los usos y los efectos de la cafeína como droga psicoactiva en grupos de pacientes psiquiátricos crónicos.
El uso y abuso de la cafeína está relacionado etiológicamente a distintos trastornos psiquiátricos; se examinan sus mecanismos de acción con relación a la ansiedad, a las neurosis de ansiedad, las psicosis, esquizofrenia e intoxicación y dependencia de cafeína.
Se postula cuáles efectos nocivos pueden resultar de la interacción de la cafeína con los fármacos psicotrópicos que más habitualmente se recetan.
Se discute un modelo posible de abuso de cafeína.
Se sugiere un aumento de información pública sobre los problemas de salud potenciales relacionados con el consumo de cafeína, y se recomienda un mayor control de la cafeína en los entornos psiquiátricos.
La cafeína (1,3,7-trimetylxantine), el ingrediente activo del café, está presente en muchos alimentos y bebidas y es la droga psicoactiva más popular en el mundo (Glass, 1994; Palfai & Jankiewicz, 1991).
Está presente en más de 60 plantas conocidas en todo el mundo, y como tal ha sido utilizada por sus efectos en el sistema nervioso central desde el periodo Paleolítico (Barone & Roberts, 1984).
Suele autosuministrarse en las formas omnipresentes de café y en el té, chocolate, y refrescos.
Es la droga psicoactiva más socialmente aceptada y ostensiblemente menos dañina que el hombre consume.
Posee usos medicinales en la apnea infantil, el acné, la cardioterapia y las migrañas; y recientemente como coadyuvante en muchos otros remedios limpios contra el dolor, el control de peso, alivio de las alergias, y vigilancia (Barone & Roberts, 1984).
La cafeína tiene también importantes efectos farmacológicos en muchos de los sistemas del cuerpo, algunos de los cuales se han visto implicados en la etiología y el mantenimiento de trastornos psiquiátricos tales como la neurosis de ansiedad, los trastornos de pánico y también en la exacerbación de los estados crónicos de depresión o ansiedad (Christensen & Burrows, 1990; Greden, 1974; Haleem, Yasmeen, Haleem, & Zafar, 1995).
Strain, Mumford, Silverman y Griffiths (1994) definieron el Síndrome de Dependencia de Cafeína, basándose en su descubrimiento de que algunos adultos exhiben un número suficiente de síntomas DSM-IV de los Criterios sobre Dependencia de Sustancias (American Psiquiatric Association, 1994, p. 181) como para garantizar un diagnóstico similar a los síndromes de dependencia de sustancias de otras drogas.
Esto es, en su muestra los sujetos exhibían intoxicación, tolerancia, abstinencia, esfuerzos persistentes para reducir el consumo de la droga, y consumo continuado de la sustancia pese al conocimiento de sus efectos nocivos.
Está totalmente aceptado que la cafeína es un antagonista competitivo de los receptores de adenosina, que desplaza las conexiones de los receptores de adenosina de los puntos de unión en áreas tan dispares como la vasculatura periférica y el córtex cerebral, y que ése debe ser el mecanismo fundamental en el que ejerce sus efectos estimulantes en los consumidores (Holtzman, Mante & Minneman, 1991; Mester, Toren, Mizrachi, Wolmer, Karni & Weizman, 1995).
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