Entrevista al Dr. Carlos Mur de Víu. Director Médico de CAT BARCELONA.  Médico especialista en Psiquiatría, Psiquiatra Forense, experto en Medicina Psicosomática y Psiconeuroendocrinología.

Carlos Mur nos explica como promover y recuperar una mejor salud mental a través de un mejor cuidado de la nutrición y de la salud general.

Es muy cierto que no hay salud sin salud mental. Determinadas enfermedades orgánicas producen síntomas psiquiátricos indudables, y viceversa. Las personas con trastornos mentales graves y conductas adictivas tienen más probabilidades de desarrollar algunas enfermedades que acortan su esperanza y calidad de vida.

En especial, enfermedades metabólicas, las cuales también pueden agravarse por algunos efectos secundarios de los psicofármacos. Garantizar una buena pauta nutricional y promover hábitos saludables integrales es fundamental, no solo cuando concurre un trastorno de la conducta alimentaria.

SIEMPRE SE HA INTUIDO QUE UNA BUENA ALIMENTACIÓN ES NECESARIA PARA PROMOVER UNA MEJOR SALUD MENTAL, PERO ¿QUÉ NUTRIENTES SON LOS MÁS IMPORTANTES PARA ELLO?

En personas con distintos tipos de enfermedades mentales se ha encontrado una carencia de los siguientes nutrientes: Ácidos grasos poliinsaturados (pescados y aceites de plantas), minerales como zinc (carnes, granos, legumbres y leche), magnesio (vegetales de hojas verdes, nueces, granos), hierro (carne roja, vegetales de hojas verdes, huevos, algunas frutas), vitaminas, como vitaminas B (vegetales de hojas verdes y cereales fortificados, lácteos, levadura). También algunos problemas de salud mental se asocian a falta de vitaminas anti- oxidantes, como la C y la E (frutas y vegetales).

Por último, cada vez más evidencias sugieren que las dietas altas en grasas saturadas y disacáridos de absorción rápida podrían estar asociadas con el desarrollo de trastornos mentales.

¿EXISTEN EVIDENCIAS ROBUSTAS ACERCA DE LA  APORTACIÓN DE LOS NUTRIENTES AL TRATAMIENTO DE LAS ENFERMEDADES MENTALES?

Hace muchos años que se recogen evidencias en cientos de ensayos clínicos y proyectos de investigación. A partir del cambio de siglo, se incrementó la preocupación por esta temática, en concreto por la prevalencia del síndrome metabólico en las personas con trastorno mental grave, y su asociación a un mayor riesgo de fallecimiento por enfermedad cardiovascular.

El hospital McLean, afiliado a la Universidad de Harvard, ya condujo un estudio sobre la relación entre la depresión y los alimentos, que fue publicado el 15 de abril del 2005 en el “Issue of Biological Psychiatry”. El resultado de este estudio demostró que, para tratar la depresión, ciertos alimentos son más efectivos que algunos fármacos ISRS. Los investigadores encontraron que los ácidos grasos Omega-3 y los alimentos con un alto contenido de Uridine son capaces de reducir los síntomas de la depresión en igual o incluso mayor medida que tres diferentes medicamentos antidepresivos que se usaron para el estudio.

Estos nutrientes se encuentran en el pescado, las nueces y las melazas, entre otros alimentos.  Por otro lado, los investigadores de un segundo estudio titulado: “Changing Diets, Changing Minds” (“Cambiando Dietas Cambiamos Mentes”) afirman que existe un amplio rango de nutrientes que resultan indispensables para el cerebro y la salud mental.

Estos nutrientes se combinan entre sí para permitirle al cerebro funcionar adecuadamente. De acuerdo con este estudio, una dieta rica en frutas y vegetales,  granos enteros, cereales, legumbres, nueces, semillas, carnes magras, aceite de pescado ayuda a mantener nuestro organismo saludable y nos protege de ciertas enfermedades. Mientras que una dieta que contiene demasiados elementos que no son saludables o que no contiene nutrientes esenciales es probable que afecte el funcionamiento de nuestro cerebro y  por consecuencia nuestra salud mental.

¿CUÁL ES LA EXPLICACIÓN CIENTÍFICA A LA ÍNTIMA RELACIÓN ENTRE DETERMINADOS COMPONENTES DE LOS ALIMENTOS Y UNA MEJOR SALUD MENTAL?

La explicación se basa en el conocimiento de los distintos mecanismos de regulación de nuestro organismo. La comunicación entre sus componentes es determinada por diferentes tipos de señalización molecular, conformando así distintos subsistemas en permanente interrelación.

Clásicamente tenemos un subsistema psíquico-neurológico dado por los neurotransmisores, neuromediadores y neuromoduladores; otro inmunológico, dado  por las interleuquinas e inmunomediadores; y otro endocrinológico, dado por las hormonas y péptidos. Pero hoy sabemos que cada uno de los componentes que forman la Psiconeuro-inmuno- endocrinología es capaz de interrelacionarse con otro o bien actuar sobre sí mismo.

Los sistemas de comunicaciones entre las distintas partes del organismo deben funcionar en permanente interconexión con el medio en que se desarrollan. Por ejemplo, investigaciones recientes apuntan un importante papel de las citoquinas inflamatorias en los trastornos del ánimo. Un ejemplo de lo mencionado es la implicación de la IL-6 en la aparición del SAOS (síndrome obstructivo de la apnea de sueño), narcolepsia o hipersomnia idiopática. Otro, la certeza que el aislamiento afectivo es un factor de riesgo metabólico tan importante como el tabaquismo, la hipertensión o la obesidad.

¿LA DIETA TAMBIÉN PUEDE ESTAR RELACIONADA CON LA MEMORIA, CON LA FUNCIÓN COGNITIVA?

En años recientes se ha ido aclarando el impacto que la flora intestinal tiene sobre las funciones principales del cuerpo, incluidas la maduración del sistema inmune y procesos metabólicos.

Existe cada vez más evidencia de la influencia del microbioma (nuestra flora intestinal) sobre el cerebro y el comportamiento. Tanto los probióticos como los antimicrobianos pueden alterar la memoria, los niveles de factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF, por sus siglas en inglés) y los niveles de ansiedad. Y es muy importante desde la infancia: Una dieta alta en sacarosa también interfiere con el desarrollo temprano de vías espaciales, flexibilidad cognitiva y memoria de trabajo de forma mucho mayor que una dieta alta en grasas. Y una dieta rica en esos azúcares también puede elevar la incidencia de enfermedad de Alzheimer.

En enfermedades tan prevalentes como la depresión, en la cual hay un cierto grado de afectación de la cognición, esto se observa de forma clara. Existen numerosos estudios que mencionan que la depresión podría estar asociada a mayor índice de masa corporal, mayor ingesta calórica, menor calidad en la dieta y sedentarismo; todos factores que incrementan el riesgo a padecer Diabetes tipo 2.  Asimismo, son elementos que se desestabilizan a largo plazo en las personas con abuso o dependencia de algunas sustancias adictivas.

¿QUÉ VENTAJAS APORTAN LOS TRATAMIENTOS EN LOS CENTROS DE CAT BARCELONA PARA ABORDAR LOS TRASTORNOS MENTALES Y ADICCIONES DESDE EL PUNTO DE VISTA NUTRICIONAL O DE LA SALUD GENERAL?

La gran ventaja que confieren unos centros ubicados en entornos tranquilos, con una oferta de alimentación consolidada con los años, y ahora en positiva revisión. En especial, una comunidad terapéutica rural, con fácil acceso a instalaciones deportivas y en un entorno natural que permite la desconexión con muchas de las causas de la adicción o del trastorno mental, y una reconexión con uno mismo. Los entornos de ingreso han de ser terapéuticos en sí mismos. Y la experiencia acumulada la mejora de las emociones de nuestros pacientes de forma individualizada ayuda a promover mejores hábitos alimentarios. Además, en los últimos meses, hemos incorporado una terapeuta especialista en nutrición, para un abordaje más preciso de las personas que presentan comorbilidad con un trastorno de la conducta alimentaria. Dentro de nuestros proyectos inmediatos, se encuentra el desarrollo de hábitos saludables generales que ayudan a una mejor adherencia al tratamiento y a prevenir recaídas.